lunes, 6 de abril de 2015

THE SNOW, el cuento de Bingqian

En la mañana de diciembre, una chica rubia abrió la ventana de su casa. -¡Ah!- Ayumi se echó hacia atrás, la nieve caía desde el tejado. Ayumi se quedó embobada al ver el paisaje que se veía fuera.

Después de una noche de nieve, el barrio se integró en una capa de blanco, el contorno y la forma de los objetos, se ocultaron tras la nieve, todo parecía como si fuera otro mundo.

-Increíble...- Ayumi levantó la cabeza. El sol de invierno, aunque sea brillante, hace que la gente sienta todo lo contrario. En este momento, escondió su cara fría detrás de las nubes. El viento frío, como si fuera una cuchilla, roza el rostro de Ayumi, la corriente entró por el interior de su ropa, un frío se repartió por todo su cuerpo. Le entró un escalofrío en el momento.

-Mejor que cierres la ventana, así no pasas frío como ahora.- De alguna manera, Shyota apareció al lado de Ayumi sin que ella se diera cuenta.

Ayumi le echó una mirada y cerró la ventana. Bostezó a la vez que hacía eso.

-¿Cuántas horas has dormido?- Shyota le preguntó.

-Apenas 15 horas...- Contestó Ayumi con algo de sueño.

-Quince, horas...- Shyota miraba a Ayumi como si estuviera diciendo "¿me hablas en serio?" -Eso no es suficiente para ti?

Ayumi suspiró y negó con la cabeza sin decir nada.

Cada vez, Ayumi duerme más. Tiene que pasar casi todo el día durmiendo. O si no, no se concentra en absolutamente nada, y cuando duerme, al menos que sea algo demasiado ruidoso, nada le despierta.

-¿No tienes miedo?- La mirada de Shyota se volvió más serio, y algo preocupado.

-Ya sé que el tiempo pasa, ¿pero qué le puedo hacer yo?- Ayumi alzó los hombros como si no estuviera hablando de ella.

Tenía razón, ella... ¿qué podría hacer? Nada, la respuesta es nada. Al oír eso, Shyota bajó la cabeza mirando al suelo.

Ayumi bostezó de nuevo. -Me voy a la cama, no hace falta que prepares también mi parte ni del desayuno ni el almuerzo. Aunque quizás la merienda sí.- En fin, Ayumi se dió la vuelta, subió lentamente las escaleras.

Shyota observaba por el reflejo de la ventana los movimientos de Ayumi, hasta que llegó a su cuarto. Levantó una mano y lo pegó al cristal. -¿De verdad que no preocupa...?

El invierno pasó rápido. De pronto ya era, la primavera.

En las calles aún se veía nieve, nieve apunto de derretirse. En cuando salga el sol, ya no es nada más que un montón de agua.

Ayumi estaba murmurando algo delante de las flores que había en el jarrón.

-Otro invierno ha pasado...Yo, no quiero ser una canción triste...- Ayumi hablaba cada vez más bajo.

Shyota estaba apoyado en una pared, escuchó lo que dijo Ayumi.

-Decir que no te preocupa, sólo era una excusa para no tener miedo.- Shyota se rió. "Así, sólo consigues que sufras más." Se sentó poco a poco apoyando la pared.

De pronto, Shyota oyó algo caer al suelo. Se levantó rápidamente y sacó la cabeza para ver qué era lo que pasaba. Vió a Ayumi en el suelo, sin importar que su cabeza haya dado un fuerte golpe contra el suelo.

-Pero...- Shyota suspiró, se acercó a Ayumi y la cogió en brazos. -De verdad, quedarse dormida de pie. Me tendrás que decir algún día cómo lo haces. -Sacudió la cabeza sin más remedio.

El tiempo pasó volando, las hojas del árbol que había en el jardín, pasaron de verde claro a oscuro, y de oscuro a de colores, como si fuera un cuadro. Las hojas caían con el tiempo, ya apenas quedaba en el árbol, la mayoría cayeron, dejando que la gente pase por encima de ellas. Con el cambio de las estaciones, ya pronto, era de nuevo invierno.

Por la tarde, el cielo gris empezó a nevar, la luz débil del sol se veía entre las nubes. Había copos de nieve que, antes de llegar al suelo, ya habían desaparecido, sus vidas habían sido corta.

Ayumi puso una mano en el cristal, viendo el paisaje de fuera. Shyota se sentó al lado de la chimenea pensando. Delante suyo, las flores del jarrón, cada vez eran menos. Ahora, sólo quedaba una simple flor con un último pétalo.

-¡Quiero salir a fuera!- Ayumi se dió la vuelta de golpe.

-...- Shyota se quedó pillado con la reacción repentina de Ayumi. -Que...¿qué?

-Quiero salir a fuera.- Ayumi repitió palabra por palabra.

Shyota contestó a Ayumi asintiendo con la cabeza. Puede que este sea, el último favor que le pida...

Al llegar a la nieve, Ayumi se puso como una niña, le gusta la nieve, le ha gustado desde pequeña. Cada vez que nieva, siempre sale a la calle y se queda en ella viendo cómo cae la nieve.

"¿Se lo debería decir?" Shyota veía todo lo que hacía Ayumi, le cuesta creer que pronto ya no estará. Respiró profundamente, decidió hablar.

-Ayumi.- Shyota llamó su nombre bajando mucho el volumen. aún así, se oía con claridad.

-¿Si?- Ayumi giró la cabeza.

-Últimamente, tu estado...- Shoyota no pudo seguir más.

Ayumi suspiró y sonrió. -Pronto seré la bella durmiente, aunque no tenga un príncipe que me despierte con un beso.

Shyota se fijó en su sonrisa, era tan irreal. Seguramente, Ayumi tiene miedo, simplemente no lo admite para terminar más asustada. Bajó la cabeza.

-静寂が街を包む夜に
降り注ぐ白かざした手のひらに触れた瞬間に解けてく儚い...- Shyota levantó la cabeza, oyó a Ayumi   
cantar. Esa canción, se llamaba "Soundless Voice", trata de la historia entre un chico y una chica 
en la nieve. Como ellos, ¿no?
-冬を告げる風の声に 耳を傾け震える体  隣にいるあなたの息 白くなって寒そう...- Shyota empezó a 
cantar "Proof of life", la otra canción de la historia.

Ayumi dejó de cantar y se puso a reír. -Sabrás que yo estoy cantando la parte del chico y tú la de la chica, ¿verdad?

-¿Ah si...? Me salió sólo.

-Hace tanto tiempo que no cantábamos juntos...- Ayumi miró al cielo gris. -Es nostálgico.

-Sí.- Shyota no dijo nada más.

-今年もまた命は枯れ果て
やがて来る春を待ち詫びる- Ayumi siguió cantando la canción de "Proof of life" por donde había quedado Shyota.

-オトもなく積もるヒカリを
集めて君は笑う- Dos veces cantando, se oía entre la nieve. Cantaban dos canciones diferentes, pero juntando sus voces, si lo tuviera que describir con una palabra, sería:"inigualable".

Ayumi sonrió, sonriendo, terminó la canción. -ありがとう...(gracias)- Y se durmió en la nieve. "Gracias, Shyota. Gracias por todo. Ya no puedo estar más a tu lado, vive el mundo por mi..."

Shyota miró a la chica que estaba en la nieve, tan tranquila y en paz, sabiendo que esos ojos no se iban a abrir más. Deteniendo el deseo de que las lágrimas cayeran, terminó su canción.

-白く...(conviértelo todo de blanco)- Cerró los ojos, sus hombros no paraban de templar. Sin que nadie se diera cuenta, una gota cayó de sus pestañas largas y cerradas, siguiendo por su rostro, hasta desaparecer en la nieve.

El último pétalo de la flor, cayó sin decir nada al mundo...


Si ya no lo puedes tener, lo único que puedes hacer, es no olvidar.

                                                                                                                                                    Bingqian

3 comentarios:

  1. Seño soy ingrid me ha gustado mucho el cuento de Bingqian sobre todo el dibujo.¡Sigue asi de dibujar que dibujas muy bien!

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  2. ¡Hola! Soy Lucía,buaaa con Bingqian se me ponen los pelos de punta cuando leo sus cuentos,y cuando veo sus dibujos, que bonito Bingqian.

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  3. Esta Bingqian nunca deja de sorprendernos.

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